Los emprendedores tienen características comunes tales como el sentido de la oportunidad y la constancia en su idea. Si es una persona decidida, toma este camino porque piensa que le puede proporcionar mejores compensaciones que las que se podrían obtener como empleado raso o con cargo directivo en una empresa.
Se ha definido al emprendedor como un productor de valores de mercado, que está en permanente alerta para descubrir las oportunidades que aún no han sido descubiertas y actúa en consecuencia para aprovecharlas.
Son individuos con visión, que manifiestan una conducta y orientan su comportamiento al desarrollo de una actitud emprendedora, generando y aprovechando ideas innovadoras, desarrollándolas como oportunidades de negocio rentable en las que normalmente comprometen su tiempo y esfuerzo.
El emprendedor es una persona que percibe la oportunidad, que tiene confianza en su idea, que tiene una capacidad de convocatoria y de convicción mayor que el promedio, que sabe vender las ideas y, sobre todo, que tiene la capacidad de ofrecer resultados.
Espíritu emprendedor
El espíritu emprendedor es sinónimo de innovación, cambio, fundación de una empresa y toma de riesgos.
El emprendedor es una persona que, percibida una oportunidad que ofrece el mercado, tiene la motivación, el impulso y la habilidad de movilizar recursos a fin de ir al encuentro de esta oportunidad.
Una persona con fuerte confianza en sí mismo, en sus capacidades y en sus ideas; que es capaz de transformarlas en realidades y apostar por ellas con todas sus fuerzas para sacarlas adelante y convertirlas en empresas exitosas.
Un emprendedor es aquella persona que convierte una idea en un proyecto concreto, en una realidad que genera algún tipo de innovación.
No todos los emprendedores son iguales, pero se pueden mencionar características que todo emprendedor debe tener:
+ Energía para poder enfrentar las dificultades del comienzo y superarlas.
+ Atreverse a enfrentar riesgos.
+ Convicción en el propio proyecto como rumbo de vida profesional.
+Decisión de dedicar al proyecto su tiempo, esfuerzo y recursos.
+ Disfrutar de los desafíos y no dejarse vencer en momentos de crisis.
+ Aceptar el fracaso como camino hacia el éxito.
+ Capacidad para relacionarse y saber crear un clima de armonía con sus compañeros de trabajo, sus proveedores, sus clientes...
+ Ser hábil comunicador para expresar sus ideas con claridad y concreción.
+ Atesorar cualidades como ser creativo e innovador, tener iniciativa, ser independiente, pero capaz de encontrar apoyos, ser valiente pero calculando el riesgo, afrontar los retos de manera positiva, ser persistente y resistente al fracaso, estar bien informado y no negarse a acudir a expertos.
El emprendedor debe saber aprovechar las circunstancias y elegir el momento, para desarrollar su idea, no cayendo en algunos errores como:
+ Pensar que todas las buenas ideas son novedosas. La clave es resolver mejor productos o servicios demandados por el mercado.
+ Imaginar que el producto se venderá solo. No basta con tener un buen producto, es necesario realizar una estrategia para dar a conocerlo y venderlo.
+ Pensar que, por ser el primero, conseguirá el éxito. Si el producto o servicio es bueno pronto habrá competidores dispuestos a superarlo.
+ Considerar que innovar no tiene importancia. La competencia es feroz.
+ No trabajar en equipo, que es uno de los errores más comunes, al creer que se puede hacer todo solo.
+ No tener idea de los números de la empresa o no saber interpretarlos. Costos de producción, ventas, márgenes,... Sin su control, lo más probable es que el negocio se le escape de las manos.
+ No ser realista al confeccionar una proyección o un presupuesto y no tener en consideración todos los factores que puedan afectarlo.
+ Creer que se las “sabe todas”. Conocer las propias limitaciones y recurrir al consejo de expertos hará que los problemas se resuelvan antes.
+ No estar abierto al cambio o sin la conciencia de que, a medida de que la empresa se vaya desarrollando, se van a ir suscitando modificaciones obligadas para que la compañía perdure en el tiempo.
Factores que favorecen un espíritu emprendedor
Los factores que favorecen el nacimiento del espíritu emprendedor son la educación y no referida sólo a la académica, la sociedad y el marco que regula las actividades económicas y, finalmente, el fácil acceso a información crucial para la toma de decisiones.
El 50 por ciento de las innovaciones tecnológicas y de procesos provienen de este segmento empresarial de los emprendedores, y este número aumenta hasta el 95 por ciento en el caso de tecnologías o innovaciones radicales. Estos datos hablan por sí solos del papel que tienen los emprendedores como motor de la economía, pues, además, hacen las cosas de forma diferente, más rápidas, más eficientemente, con menos recursos y más baratas.
Frente a esta realidad, existe otra: la de los dueños de negocios que pelean diariamente para intentar sobrevivir, con bajos niveles de ingresos y un bajo potencial de crecimiento. Que carecen de valor agregado y motivados exclusivamente por la búsqueda del auto-empleo. Ni tienen capital ni reúnen las características apropiadas para obtenerlo.
Deben poner en marcha lo que podría llamarse el “emprendimiento racional”. Los emprendedores no pueden ser demasiado optimistas o incautos.
Fuente: www.empresadehoy.com